Superficie: 300 m2.
Este proyecto se presenta como oportunidad para pensar acerca “de cómo integrar las formas racionales al entorno natural”. La forma aparece como una primera inspiración para pensar un programa funcional a las actividades familiares, siendo el prisma de base rectangular un elemento predominante en un entorno dominado por tipologías tradicionales, actuando la piedra como integrador de la obra a dicho contexto. Grandes aberturas dejarán pasar la luz, que recorrerá tanto la planta alta, albergando los usos privados, como la planta baja, que da lugar a los usos públicos, haciendo palpable el hogar como eje del estar-comedor, permitiendo la indeterminación del espacio que continuará en el jardín. Y ambas plantas estarán conectadas mediante una escalera, que se destaca como elemento escultórico desafiante de la gravedad, con el verde como fondo, enfatizando la fluidez y posibilidad de libertad y adaptación de los espacios, condiciones con las que debe cumplir una vivienda contemporánea.
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